Seguidores

miércoles, 31 de octubre de 2012

Calendarios cíclicos y Renacimiento

Quedan un par de días para celebrar, en muchas partes del mundo, de una manera o de otra, el reencuentro de los vivos con los muertos. Con los seres queridos que ya no están, y a los que se les reserva un día en el año, en muchas culturas, para honrarles. Y la nuestra no iba a ser distinta.
Todos los años, como sabemos, el día 1 de Noviembre muchas personas acuden a los cementerios de diversas poblaciones a llevar flores a sus seres queridos, yacentes y viviendo al otro lado, donde, muchas veces, pensamos que es está mejor, viendo la que se nos vino encima.
En otras partes del mundo, como en la zona anglosajona, es la noche anterior en la que se celebra esa festividad, pero de una manera más histriónica, con disfraces que se burlan de la muerte, tal vez porque no quieren aceptar que es lo único que de verdad llega a todos los seres humanos.
Leyendo la gran obra Mito y realidad, del maestro Eliade, podemos ver cómo estos ritos de paso, que hoy en día vemos tan diferentes entre esas culturas del Norte de Europa y nosotros en el Mediterráneo, son más parecidas de lo que nos creemos. Esto se debe a que compartimos con todos ese culto a los muertos, en una época u otra del año, con diferencias en cuanto a la forma de recrearlo, pero no en lo que se quiere expresar: es un ritual de renacimiento. Y ese ritual podemos extrapolarlo a un aspecto de la vida antigua: la agricultura. Por ejemplo, en la época romana, el día 31 de Octubre (II a.K. Nov.), se dedicaba a la ninfa Pomona -decimos ninfa usando el término de Grimal-, que protegía las cosechas para el año siguiente. Se da la premisa de que el mes anterior, Septiembre, es el mes de la recogida del grano. Para una persona que habitara ésta parte del mundo en aquella época, sería como arrancar la vida a los frutos del campo. Pero esa misma persona vería, como tras un período de lluvias, bajas temperaturas e incluso, algunas veces, nieve, ese campo renace, y el fruto vuelve a brotar, tras plantar una nueva semilla en la tierra. Tierra que es muy importante en otras culturas, como las del Oriente Mediterráneo, pues de ella, según diferentes relatos de la creación, viene el hombre. Esos ritos, podemos verlos hoy en día en el llamado Oktober Fest que se celebra en Alemania a finales de Septiembre. Otra vez la cosecha del cereal y celebración con el producto de este: la cerveza de trigo.
Esa "muerte" y "renacimiento" de la vida en el campo, se refleja en el Rapto de Proserpina o Perséfone en las mitologías griega y romana, para explicar el cambio de estaciones. Aunque casualmente los romanos realizaban los ritos de contentar a los espíritus -buenos y malos- en Mayo. El pater familias se llenaba la boca con habas negras que iba escupiendo por la casa, para que esos espíritus se fueran alimentando y les dejaran en paz. Hoy en día, en muchas culturas, y en la nuestra hasta hace poco, se le deja un plato de comida en la mesa al muerto el Día de los Difuntos, o, tomando una tradición que no tiene que ver con esa celebración, en algunos pueblos de nuestra península, hay personas que se llevan comida al cementerio para comer en la tumba del difunto a visitar. 
Este tipo de celebraciones podemos enmarcarlas dentro del conjunto que supone la cercanía de la llegada de un nuevo año. No hemos de olvidar que la cronología en el mundo antiguo era cíclica. Aunque los años pasaran, siempre teníamos una nueva cosecha que celebrar. En algunas culturas, como en Australia, todos los años algunas tribus aborígenes "repintan" las pinturas rupestres que realizaron sus antepasados, para renovar y afianzar su religión y su cultura, como podemos leer en Eliade. Así mismo, ese calendario de ciclos nos ha llegado a través de transfiguraciones desde el paganismo al cristianismo católico: la Semana Santa, San Juan, Navidad, no son si no alteraciones de celebraciones de otras religiones que se sustituyen para que el pueblo se vaya acostumbrando a la nueva Fe, y de esa manera llegará un momento en que las nuevas generaciones no recuerden por qué se celebraba antes, la fecha marcada en el calendario.
Con respecto a Halloween, que en los últimos años se ha difundido por nuestro país, no es más que otra exaltación de renovación anual, enmascarada de fiesta religiosa. Entiendo que haya muchos detractores, pero es otra tradición que conmemora, de otra manera, lo mismo que los cristianos católicos, pero desde un punto de vista diferente, aunque muchos no sepan su auténtico significado.




Os dejamos un enlace, para que el quiera celebrar de ésta nueva manera la festividad que nos llega en un par de días:

miércoles, 17 de octubre de 2012

Sobre Lepido y la malversación de fondos públicos

En estos tiempos de crisis, en los que, como siempre, la educación y la cultura son las que pagan el despropósito de los que no tienen ni la una, ni la otra, llevamos unos meses inmersos en los llamados recortes. Parece ser, según últimas informaciones aparecidas en diversos medios, que el ministro de educación, puesto un tanto vilipendiado en los últimos años, se propone, de una manera, como hacen muchos políticos, sucinta y sutil, cargarse parte de las letras. Algo que ya han intentado en España muchos ministros, pero desde la época del bipartidismo. No nos creamos que es una cosa nueva.
Obviamente, la educación y la cultura hacen que la persona que las tiene, normalmente, se pregunte cosas, quiera saber más, y acabe enterándose de cosas de las que, como dirían algunos, al final no debieran o quisieran enterarse. La cultura, en general, y el estudio de la Historia y las letras en particular, nos dan una visión global de la evolución de acontecimientos que se dan desde un punto de partida evolutivo hasta el día de hoy. Y el estudio de esos hechos históricos, explica el por qué de muchas realidades contemporáneas. 
Al que escribe, le gusta más zambullirse en la cultura romana, aunque nunca está de más ver en qué influye cada una de las civilizaciones que han pasado por lo que ahora es nuestro país, o cualquier otro, a lo largo de los siglos.
Y trayendo a colación la visión que del conjunto de la mayoría de los políticos españoles, parece que tiene la mayoría de los que habitan esta árida democracia, pasamos a explicar, en parte, de donde vienen algunos comportamientos.
Releyendo el magnífico libro La formación del Imperio Romano de Pierre Grimal, escrito para la "Historia Universal siglo XXI", que tantas veces nos hizo leer nuestro admirado Catedrático de Historia Antigua de la Universidad de Murcia, D. Antonino González Blanco, llego a la pág. 85, en la que se explican una serie de avatares sobre los censores del año 179 a.C. Uno de ellos era Marco Emilio Lepido, Cs. 187 a.C. Éste junto con su compañero en el cargo, mandaron construir el que sería tercer acueducto público de la ciudad de Roma. Pero tuvo que desviarse la obra civil, debido a que Marco Licinio Craso se oponía a que el mismo pasara por sus territorios. Hoy en día, sencillamente se habría expropiado parte de sus terrenos al propietario, y se habría continuado la obra. Pero, cuando investigamos un poco más el tema, y leemos los Dichos y hechos memorables de V. Maximo, podemos llegar a entender, en parte, la negativa de Craso -no confundir con el Craso del siglo I a.C.-. Parece ser, si leemos a Maximo, que Lepido había aprovechado la coyuntura para que el acueducto se desviara hacia parte de sus terrenos, para que estos fueran regados con caudal público, y no gastar dinero propio para realizar unas conducciones privadas. 
Así pues, no hemos de extrañarnos cuando en los medios de comunicación, ciertos personajes que piensan que son políticos por pertenecer a un partido u otro, hacen, hoy en día, exactamente lo mismo que Lepido en el siglo II a.C. -no confundir con el Lepido del Segundo Triunvirato-. 
Ésta información y otras, son las que se desprenden de la lectura de los autores clásicos. Unos autores que, como muchos escritores de hoy en día, escribían sobre lo que pasaba en su época. Eran los periodistas y los cronistas de esa Roma Republicana en ciernes de convertirse en un Imperio. Y precisamente eso es lo que muchas veces, ciertos sectores quieren evitar. Que el alumno, que las personas en general, no lleguen nunca a consultar esos hechos, para que no se puedan comparar con los de ahora, no se hagan preguntas, y no les pidan responsabilidades a las personas que cada cuatro años elegimos precisamente para eso. Para que sean responsables.

viernes, 5 de octubre de 2012

Diferencias entre Scotland y Catalunya

Normalmente, el que escribe, no suele hablar de temas políticos concretos. Pero en esta ocasión, con el revuelo que se ha montado con respecto a la Independencia de Catalunya, me gustaría dar mi más sincera opinión. 
Baste comenzar diciendo, que, personalmente no tengo ningún problema en reconocer los estados que haga falta, siempre y cuando se les deje decidir a sus habitantes si realmente quieren o no serlo de verdad. Pienso que los habitantes de la hasta todavía hoy región de España, deberían poder decidir sobre su futuro, al igual que los del resto de regiones que forman esta pseudomonarquía republicana y parlamentaria. 
El problema viene, cuando desde algunos sectores se quiere comparar la problemática o la situación de Catalunya, con uno de los baluartes del independentismo de los últimos decenios: Scotland. Desde varios focos de opinión estamos escuchando en el último mes, y en otras afrentas anteriores, que deberían de tomar ese ejemplo como el inicio de la independencia, debido a que, según estos sectores de opinión, los casos son similares. Pero, vamos a analizar cada caso por separado, para ver hasta donde son parecidos o diferentes.
Antes de proseguir con ese parentesco o esa diferenciación, nos pondremos un poco al día, -con hechos históricos, nada de opiniones- sobre los nacionalismos europeos. 
Ésta corriente, nacida de la segunda etapa de industrialización de Europa, surgió a mediados del siglo XIX, con carácter unificador, lo que provocó no pocos enfrentamientos en las naciones europeas que se habían formado desde finales de la Edad Media. En concreto, tenemos tres casos claros: los dos primeros son los de Deutschland e Italia, que tras sendas guerras unificadoras, formaron sus correspondientes reinos a finales del siglo XIX. Unos reinos que se verían extinguidos precisamente, por ese afán de unir todas las zonas que tradicionalmente se habían considerado como italianas -tomando el modelo de la Italia romana- o alemanas, -tomando el modelo germanoparlante y del I Reich de Carlomagno, del siglo IX-; el tercer ejemplo sería el de Grecia, donde, al contrario que los ejemplos anteriores, fue la unión del pueblo griego, -excepto Macedonia, como en época de Filipo II- la que consiguió independizarse del Imperio Turco. Un imperio que estaba en horas bajas, y que se extinguiría con el final de la Primera Guerra Mundial y la creación de la República de Turquía por Ataturk.
Surgen entonces, por toda Europa, sectores independentistas que crean gérmenes de partidos políticos que hoy en día podemos observar, como en el caso de Scotland, con el Scottish National Party, que actualmente gobierna el país. Pero a la vez, aparecen una serie de narraciones mitológicas, que darán a creencias que aún hoy en día siguen vigentes. Se crean los héroes nacionales, muchas veces magnificando la figura del mismo. En el tema que nos trae a colación hoy, podríamos nombrar a Wallace, San Jorge. Y en otros países podríamos citar a Viriato, Vercingetorix, Hermman, etc. Se realiza también una revisión histórica, creando historias nacionales en regiones que nunca habían sido estados, o en estados convertidos en región. Otros casos que podemos ver de cerca, serían los de Bohemia -actual Rep. Checa-, Normandía, las regiones yugoslavas, etc. 
Pero ese nacionalismo emergente, que podemos comprobar en las obras de arte, sobre todo pictóricas y arquitectónicas de su tiempo, también trae consigo un ultranacionalismo, que verá vislumbrar los movimientos antisemitas en el centro y este de Europa.
En ese contexto, surgen en la Península Ibérica, tres focos claramente diferenciados. Los dos primeros serían el vasco y el catalán. No vamos a explicar la formación de ambos, pero son de ideas radicalmente diferentes, y a los escritos xenófobos de Sabino Arana me remito. El tercer foco, sería el nacionalismo centralista, surgido para intentar terminar de unificar un territorio que nunca había estado unido del todo.
Bien es cierto, que desde la monarquía de los Reyes Católicos, a finales del siglo XV, se pretende ver una unificación de los dos reinos más importantes de la península: Castilla y Aragón; pero con la llegada de los austrias, esa unión nunca fue fáctica, teniendo en cuenta las diferentes leyes que primaban en cada reino. Sería con la llegada de Felipe V de Anjou y los Decretos de Nueva Planta, cuando finalmente se unifica toda la Corona en una monarquía única.
La zona de Catalunya, que desde el siglo XII pertenecía a la Corona de Aragón, entró dentro de ese organigrama, al igual que todos el resto de territorios. El problema consiste en que, con la implantación de esos decretos, se abolían una serie de derechos que los comerciantes catalanes y aragoneses tenían con respecto al Mediterráneo, y que hicieron, de una manera palpable, retroceder económicamente a la zona. Eso, conllevó a un surgimiento de intento de separación del resto del ente creado por los borbones. Pero no nos engañemos, el 11 de Septiembre de 1714 no se luchaba por la independencia, sino por mantener el sistema austracista, y apoyar a la casa de Austria para que siguiera gobernando la Corona. Otro de los problemas viene cuando, por una serie de abatares desconcertantes, hemos sufrido dos dictaduras en el siglo XX, que han fomentado el que ahora muchos catalanes, y muchas veces con razón, no quieran pertenecer a nuestro país. Al igual que pasa con el País Vasco, aunque este ente nunca fue un país, si acaso una parte, Vizcaya, pertenecía al Reino de Castilla y las otras dos al Reino de Navarra. Con lo cual, si un ente debiera independizarse, sería el Reino de Navarra, con anexión de Vizcaya, y no al revés. Pero es sólo una opinión basada en hechos históricos.
Si acaso, la gran diferencia entre Scotland y Catalunya, es que Scotland sí ha sido un Reino, mientras Catalunya fue una serie de condados visigodos, formados tras la llegada de los musulmanes a la península, que al encontrarse en la zona Noreste, tuvo más contacto con otras partes de Europa. De ahí su cultura diferente a la del resto del país, así como el idioma -no vamos a entrar a explicar las peculiaridades del caso gallego-. Scotland fue invadida desde finales del siglo XIII por gobernantes ingleses que, finalmente, por edictos de 1606 y 1707, consiguieron anexionarse a su vecino del Norte, mientras que en Catalunya nunca ha habido una invasión por parte de "España" ni por parte de otro reino, si acaso podríamos encuadrar las revueltas de los payeses del siglo XVII, como un acto de represión, pero por parte del mismo Reino de Aragón y Principado de Catalunya. 
Así pues, algunos políticos y personas que opinan sobre todo, deberían leerse de vez en cuando, algún libro de Historia, o dejarse asesorar por algún historiador de verdad, para poder hablar con razón, de los presupuestos que vierten en sus discursos. 

lunes, 1 de octubre de 2012

Sobre egipcios y OVNIS

Haciendo zapping esta mañana (debido a las vacaciones forzosas desde hace algunos meses), me he topado con una serie de documentales del Canal Historia, ese gran difusor de la "cultura". 
En esta ocasión, versaban sobre "alienígenas", poniendo como ejemplo la sempiterna lucha entre los que piensan que las pirámides de Egipto, las de Sudamérica o las de Asia, son coincidencias de un comportamiento único del ser humano para reaccionar de manera similar ante presupuestos similares; y los que creen que todo esto forma parte de un plan marcado hace milenios por visitantes de otros planetas, que enseñaron a los "tontos" humanos cómo se construían estos restos arqueológicos, dejando pistas sobre su vuelta. Si nos ponemos a idear, incluso hay quien piensa que Cristo era un enviado de otro planeta, que debe volver para salvar a esos "elegidos".
No estoy en contra de la vida en otros planetas, y al gran Karl Sagan me remito en mi creencia. Pero otra cosa es pretender, como los extremistas religiosos, que todo lo que de momento no podemos explicar, ha sido construido por seres de otro planeta. 
Uno, que ha podido visitar alguno de esos lugares de los que tanto hablan, y los ha podido estudiar en la universidad, tiene su opinión al respecto. Claro está.
Pienso, sinceramente, que estas teorías surgen del pensamiento de parte de la sociedad Occidental, de que las personas que hoy en día se encuentran en países subdesarrollados -donde en parte se encuentran estas "misteriosas" ruinas-, en concreto, sus antepasados, no fueron capaces de desarrollar una tecnología que les permitiera construir dichos restos. Este pensamiento, está cargado, obviamente, de un tinte racista que rezuma por los cuatro costados de esas teorías. Simplificando sus ideas, las cuales no comparto en absoluto, es como decir: un tío con taparrabos no puede construir una pirámide porque como vive en mitad del desierto hace 5000 años, y no en Europa o USA, es tonto, y no sabe de qué va la tecnología. 
Básicamente, es lo que, posiblemente, pensaran la mayoría de esas personas que cuestionan todo lo que desde la ciencia ortodoxa se les dice. No voy a explicar detalladamente la evolución constructiva de todos esos tipos de paramentos realizados. Pero intentaré desgranar uno de ellos, como es el de las siempre polémicas pirámides de Egipto.
Situadas en la llanura de Giza, fueron construidas, sobre todo, en la IV Dinastía. Y responden a una evolución de cientos de años, desde la mastabas primigenias hasta la construcción de la gran pirámide de Keops, símbolo de esa evolución. Las primeras tumbas reales egipcias, nos dan la pista de hacia dónde querían evolucionar los faraones, como vemos en las primeras mastabas antes mencionadas. No entiendo, como teniendo esos ejemplos tan claros, los pseudocientíficos que se dedican a contradecir todo lo investigado, no las cuentan entre esas pruebas que dicen aportar. Curiosamente, creo que casi ninguno de ellos, se ha acercado nunca a una excavación arqueológica seria, en ninguno de los sitios donde, dicen, se encuentran esas pruebas. Ninguno, o casi ninguno de ellos, ha estudiado Historia, Antropología o Arqueología. Vamos, es como si me pusiera yo mismo a operara a una persona, pero sin haber estudiado medicina y sin haberme acercado nunca a un quirófano. Menos mal, que las vidas de los pacientes que nosotros tratamos, se fueron hace tiempo.
Muchas de estas personas, no comprenden cómo el ser humano, con las herramientas que ha tenido en cada época histórica o prehistórica, ha podido valerse por sí mismo dentro del mundo animal y de la climatología. Pero esa adaptación, es la diferencia básica entre nosotros y el resto de animales. Así pues, les rogaría, que muchas veces, antes de hablar sin conocer, se ilustraran un poco. Estoy cansado de ver por televisión máquinas para fabricar maná, enviados especiales de otros planetas, cilindros con formas que ellos no comprenden, etc. Si echaran un leve vistazo a la evolución de la tecnología humana, encontrarían en el ser humano, esas respuestas que buscan fuera de él.



Cantero egipcio usando herramientas muy parecidas a las encontradas en excavaciones arqueológicas