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jueves, 13 de septiembre de 2012

Imperium, o el "triunfo" del peplum

El cine peplum, esa moda de los años cincuenta y sesenta del pasado siglo, dejó algunas cosas malas en el imaginario social sobre el comportamiento de las sociedades antiguas, pero también una corriente crítica hacia los temas de actualidad en aquel momento.
La película Espartaco, por ejemplo, nos dejaba ver, entre tupidos velos, las opiniones políticas de su actor principal, -el gran Kirk Douglas- y el que fuera su director, Stanley Kubrick, sobre la llamada Caza de brujas contra algunos sectores del mundo hollywoodiense. O películas como El león de Esparta, -que sirvió de inspiración a Frank Miller para escribir la novela gráfica 300- y Alejandro Magno (1956), daban una muestra velada de la opinión que se tenía en otro sector de la meca del cine, sobre la Guerra Fría. Eso se debe a la dualidad que se muestra en esos films entre Oriente y Occidente. Siendo Occidente Estados Unidos, y los persas la URSS. 
Hoy en día, en películas como El reino de los cielos, el director nos habla, en los créditos de la primera edición en DVD, de su intención de hacer esa película para dar su visión sobre la Guerra de Irak de 2002-2003.
Ésta, es una cualidad que, aunque a muchos les duela, los americanos suelen hacer con su cine, aunque nosotros nos quedemos prendados de las telas de Cleopatra o la muerte de Marco Aurelio a manos de su hijo (cosa totalmente falsa). Y, aunque nos duela, en España parece que todavía no hemos llegado a ese nivel (aunque en algunos aspectos sí, ahora diré porqué).
Esa sensación de vacío, de una serie que no me ha dicho nada, es la que he tenido esta noche viendo la serie Imperium. Muchas personas cercanas me advirtieron de que no la viera. Pero, desobedeciendo las indicaciones, me he decidido a echarle un ojo. Es cierto que intenté ver el primer capítulo y sólo duré cuatro minutos de reloj. Pero me propuse ver este segundo entero.
Obviamente, las críticas de actuación son fáciles (siempre desde el respeto, pues uno no es actor, y supongo que se habrán esforzado mucho). Los personajes no muestran ningún tipo de sentimiento, los malos son muy malos, los buenos muy buenos. Supongo que los guionistas lo harán para que el público se encariñe de algunos personajes y deseche a otros. O para que sigan creciendo los que vilipendian a Galba, que parece ser que tras la serie Hispania, son muchos. Los decorados son lo único que se salva, a grandes rasgos, de la serie. Pero, si le echamos un ojo a los decorados en los que la gente no se suele fijar, vemos unos fallos bastante graves. Supongo que obviamente, los que no estudian o han estudiado Historia, no se darán cuenta (no es su obligación). Pero veamos a qué me refiero.
Por ejemplo, en la taberna, algunas de las cerámicas que usan para beber o comer, no se fabricaron en Roma hasta el siglo III d.C., en la zona del Norte de África. Me estoy refiriendo a la Terra Sigillata Africana. Pero, es más, ese tipo de producción cerámica de barniz rojo, no comenzó a fabricarse en Roma hasta un siglo después de la muerte de Galba, aproximadamente. El problema es que, generalmente, no nos damos cuenta, porque lo vemos "romano". Pero es, para que lo entiendan todos, como si para hacer una caracterización del descubrimiento de América, cogemos a Colón y lo vestimos de Al-Capone. Así sí se darían cuenta la mayoría, ¿verdad?.
La vestimenta es algo que me deja atónito. Las mujeres en Roma llevaban una especie de sujetador, aunque parece que en la serie siempre van con los pechos sueltos. El tipo de tejidos que se solían usar en esa época son los linos y la lana, no las gasas. Y los esclavos solían ir vestidos de colores chillones, para diferenciarse de sus amos. Y siempre de un solo color. Los hombres no llevaban la toga de esa manera, y es que hasta en internet hay ejemplos en diversas páginas web de cómo vestirse cuando se ha llegado a la mayoría de edad, o cuando se ha casado, o cuando se va al senado. No creo que a los de vestuario les hubiera costado mucho entrar en esas páginas e informarse un poco. Pero lo peor es ver a un senador entrar en el Senado con unas caligae, que eran el calzado de los soldados, cuando en toda la escultura aparecida no solo en excavaciones en España, sino en todo el orbe romano, aparecen ejemplos de senadores con su calzado. Incluso en las pinturas al fresco. 
Entrando en los personajes, supuestamente reales, de la trama, decir que Galba sólo estuvo una vez en Hispania, y a estas alturas debería estar a punto de morir, o de viejo, o por sentirse mal al estafar al tesoro público después de una campaña militar. Y dudo que tuviera una hermana llamada Cornelia, a no ser que ésta se hubiera casado con un hombre de la gens Cornelia. Las mujeres en Roma no tenían nombre propio, sólo el de la familia en femenino. Con lo cual, su hermana debería llamarse Sulpicia Galba. 
El gran problema que le veo a la serie, es que no pretende introducirnos en cómo se vivía en Roma en el siglo II a.C., si no hacer ver lo que nos parecemos a los romanos. Y créanme, religiosamente nos parecemos bastante, pues tenemos grandes ejemplos de suplantación de dioses romanos y fiestas por otros cristianos. Pero a parte de eso, la sociedad romana es totalmente diferente a cómo vivimos hoy en día. Bien es cierto que los sentimientos del ser humano apenas cambian. Todos son capaces de sentir amor u odio. Pero hacia qué sienten esos sentimientos es lo que hace diferentes a los romanos del resto de culturas. Obviamente porque cada cultura tiene un momento y una evolución. Poniendo un ejemplo de la serie: en este capítulo en el que luchan dos gladiadores y uno mata a otro, nunca un gladiador habría matado a otro, si el senador que preside el acto, no lo decide. Y normalmente, en estos actos, la muerte de un gladiador era casi imposible -en época republicana-, debido a que lo normal era que con las heridas se decidiera que se suspendía el combate y se daba al otro por ganador. Solo en contadas ocasiones se realizaba la muerte del vencido, en lo que algunos estudiosos han visto una manera de muerte ritual.
Una cosa que sí logró Antena 3 con su serie Hispania, era que la gente se identificara con la causa de Viriato, como si todos fuésemos uno contra el invasor, el extranjero. ¿No les suena eso de algo? Sí, son mentalidades políticas que intentan acercar a la ciudadanía a una postura sobre temas de actualidad, como hacían en las películas antes comentadas brevemente. Así pues, os espectadores de Hispania se tragaron, en su mayoría, que Viriato es el gran héroe hispano, cuando fue otro más, Lusitano además, de los que luchó contra Roma. Bien es cierto que su lucha significó un intento de coalición, como un siglo más tarde haría Vercingetorix en Galia, contra esa máquina que era el ejército romano. Pero hubo valor en Numancia, en las Guerras Cántabras, o en la revuelta de los Contestanos a inicios del siglo II a.C. que supuso la destrucción de varios asentamientos en la zona del actual Norte de Murcia. 
No nos dejemos engañar.