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viernes, 17 de septiembre de 2010

debates televisivos...o como apalear verbalmente a unas personas por ser musulmanas, con el estilo tan "bonito" de antena 3 (vergonzoso)

Apelando a la figura de Carlos Martel, una persona de ascendencia francesa, habla del primer genocidio de la Historia, que, según él, fue llevado a cabo por las ordas de Muhammad contra los judíos...Se ve que no recuerda Alesia.

Así me gustaría comenzar lo que he considerado como el apaleamiento público de una religión, la islámica. Dicho acto ha sido llevado a cabo en Antena 3 hace escasos minutos, mientras, ipertérrito, me quedaba observando como, las dos chicas que intentaban defender a su religión ante una horda de exaltados fanáticos del "orden eruopeo".
Todo habría quedado ahí. Pero claro, como en este país no podemos quedarnos tranquilos sin argumentar nuestras locuras, han apelado a la HIS-TO-RI-A.
Me gustaría decir, que vivimos en un país, no tolerante, puesto que esa palabra no me gusta. Sino, en un país multicultural, socialmente avanzado. Y que, por las pataletas de cuatro locos, no caemos en la demagogia barata que se ha usado esta mañana en el programa "Espejo Público".
El hecho de que, como he escrito anteriormente, cuatro locos, intenten darse a conocer a nivel mundial, exigiendo una sarta de estupideces, -como otras veces, en otros ámbitos espacio-temporales, han hecho los cristianos-, no da derecho a nadie a insultar de esa manera, las formas o costumbres de una religión entera.

Verdaderamente, si apelamos a la Historia, como han hecho la mayoría de las personas que estaban en contra del Islam dentro del "debate", no podemos más que sorprendernos, puesto que, creo, los cristianos ganan por goleada en eso de coger y pasar a cuchillo a poblaciones enteras. Bien es cierto, que no sabemos, en el caso de la conquista cristiana de la Península Ibérica, donde empiezan las responsabilidades de las guerras intestinas de los estados musulmanes, y donde terminan los empujes de los estados cristianos. Pero, mientras que el Califato de Córdoba, con sus altibajos, y su corta existencia, se convetía en uno de los ejemplos del desarrollo que se dio en la Edad Media en el mundo conocido, -obviando la gran potencia que es China-, los cristianos se encerraban en luchas internas y en las iglesias, que, con el románico como expresión artística, ensombrecían la luz que trajo Jesucristo con su "Buena Nueva". Alejados de la doctrina y moral cristianas, la Iglesia occidental se plegaba al deseo de las personas poderosas que formaban parte de ella, zozobrando como un cascarón en alta mar.

No debemos juzgar a las personas en la actualidad por los hechos acaecidos hace siglos. Si bien, su estudio sirve para que comprendamos cómo es el mundo en el que vivimos actualmente. Por qué unos vivimos donde vivimos, y tenemos las costumbres que tenemos, y otros tienen otras.

Decía uno de los participantes en el debate, que no es lógico que Muhammad se casara con una niña de 9 años. Y que eso era un ejemplo de cómo es el Islam. He de decir, que, en el Imperio Romano, un autor, -siento no recordar cual-, decía que la edad perfecta para que una muchacha se casara era de 12 a 15 años. Mientras que la de su esposo, debía ser el doble. En el mismo Imperio Romano que fue el precursor de la Iglesia Cristiana. En fin, nunca hay que decir que de este agua no se beberá.

Bien es cierto, que las religiones tienen preceptos que, nos podrán parecer mejor o peor, pero que están ahí, y que cada persona los acata como quiere o puede. El Islam, por ser la tercera de las grandes religiones que rigen la sociedad actual, ya que nació más tarde que el judaismo y el cristianismo, recoge, en el Corán, la traidición del libro sagrado, La Biblia. Con cambios en la redacción, atendiendo al momento y al ámbito geográfico en el que está escrito. Pero, no por eso, es mejor ni peor que el resto de religiones. Es otra más, con sus creyentes practicantes y no practicantes. Y como tal, ha de ser aceptada.

Otra cosa son los energúmenos, que, empuñando la espada, y bajo el ideal de lo que ellos creen la religión verdadera, se creen adalides de la verdad absoluta, y cargan contra los que no piensan igual. Pero esto, que hoy en día parece que se da más en el lado islámico, es lo que se defendía en las Cruzadas, o, lo que llevó a Ieshuá Ben Jusef a la cruz.

Pedro Huertas Sánchez

domingo, 12 de septiembre de 2010

De Reading y otros viajes 3...Egipto!








Sin duda, el viaje más apasionante, divertido y carismático que he podido realizar, junto con Alemania (pero ese vendrá en futuras entregas).
Todo comenzó una tarde de Agosto de 2004. Volvía de hacer prácticas en el teatro romano de Cartagena (la primera e inolvidable vez que contacté de lleno con la arqueología). Creo recordar que estaba hablando con una antigua compañera de instituto y sonó mi viejo móvil...era una prima mía, que me ofrecía ir a Egipto...con los gastos pagados!!

Creo que ha sido la vez que más tiempo he estado en un avión, y la que más nervioso me he puesto, debido sin duda a que si estás a punto de salir de Amsterdam en un viaje de cinco horas a través de Europa y el norte de África, y de repente te dice el capitán que hay problemas con el motor, además de estar callendo un chaparrón considerable, creo que es para ponerse nervioso. Cuando menos, inquieto.
La estancia en aquel país deparó vivencias inimaginables hasta la fecha. Convivimos durante más de dos semanas, personas de países, religiones y pensamientos diferentes, en un ambiente estupendo. La verdad es que cuando ahora veo todo el odio que se desprende en la televisión, no entiendo de donde surge, porque, en aquel espacio-tiempo, las cosas se hablaban de manera tranquila.
Sé que en los últimos años, vivencias acaecidas han hecho que me vuelva un impresentable en muchas ocasiones. Pero dentro de mi "locura", quiero luchar por seguir creyendo que, otro futuro es posible. Aquel fue uno de los últimos resquicios en los que me apoyé para pensar que los humanos no somos malos por naturaleza, que todavía hay esperanza.
Más allá de la fastuosidad de las pirámides, -donde eché alguna que otra lágrima de emoción-, el viaje me sirvió para poder experimentar el entendimiento mutuo. El diálogo entre personas totalmente diferentes.
En la inmensidad del tiempo han quedado aquellos momentos. Pero nunca los apartaré de mi memoria.

Las noches en Dahab, fumando shisha. Ver el amanercer en el Mar Rojo, justo mirando directamente a Arabia. Cara a cara. El olor del desierto. El tocar el timbal en el Sinaí, mientras que arreglamos el autobús.

barakka!