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lunes, 25 de noviembre de 2013

Sobre derrotas de Roma 3: "Varo! Devuélveme mis legiones"...Teutoburgo

Esta frase atribuida por Suetonio a Augusto, es tal vez una de las más repetidas en lo que respecta a la historia de las grandes catástrofes militares.
Corría el año 9 d.C. (762 a.u.c.) cuando una noticia asola la domus augusta en Roma: gran parte del ejército del limes germánico ha sido aniquilado por tropas de queruscos junto con otras tribus de la zona, en una batalla, si se le puede llamar así, de tres días, en la que, aprovechando los condicionantes geográficos, el ejéricto romano, formado por las legiones XVII, XIIX y XIX ha sido emboscado. Para que nos hagamos una idea sobre el número de personas fallecidas, sobre todo por el lado latino, quedaron en pie menos de veinte personas, de un ejéricto compuesto por unos veintemil efectivos. Unos efectivos que no estaban preparados para luchar en unas condiciones más que adversas: el bosque de Teutoburgo, cerca de la actual Kalkriese (Alemania). 
El enemigo: la tribu de los queruscos junto con otros aliados. Arminio, un joven guerrero criado y educado al amparo de Roma, aprovechó sus conocimientos sobre este ejército para poner en práctica una emboscada y así, hacerse en parte con el mando de la tribu a la que pertenecía. Pero la alegría no le duró mucho tiempo, pues su cabeza no tardó en colgar de una pica, asesinado por atreverse a intentar imponerse sobre un jefe superior, y su mujer fue llevada años más tarde como esclava a Roma.

Imagen idílica de Arminio usada en época Nazi

Moneda romana con la efigie de Varo,   



















Es curioso que, a lo largo de la Historia, el ejemplo del extranjero criado en una cultura imperialista, con una educación que hoy llamaríamos de corte "occidental" y que luego vuelve a sus fueros luchando contra los que un día fueron sus "amigos" se repita bastante. Lo mismo que hizo Arminio es lo que en el siglo XX, pero no de manera violenta, haría Gandhi; o lo que pasaría con Bin Laden y los USA. Personas nacidas en regiones o países que dependen de otros, de una u otra manera y que, de la noche a la mañana vuelven a su lugar de origen para luchar contra lo que piensan es un opresor. Obviamente a algunos casos sí lo es.
Tenemos también que analizar lo que sobre los personajes dicen las fuentes más cercanas a la batalla, como Veleyo Patérculo, Tácito, etc. Por norma general se excusan diciendo que Varo, aun perteneciendo a una rama lejana de la familia imperial, había tenido problemas con asuntos turbios de dinero durante su mandato en Siria y que Arminio siempre había estado, desde su vuelta con los queruscos, cambiando de bando. Estas son utilidades literarias que se permitían los autores antiguos para disfrazar una realidad, y es que apenas contaban con efectivos en el limes germano tras la batalla, si se la puede llamar así, de Teutoburgo.

Movimientos de la batalla en el último día de lucha, según la publicación que sobre Teutoburgo realizó la editorial Osprey


Lo cierto es que a finales del verano del año 9 d.C., un ejército conducido por Varo se dirigía a sus cuarteles de invierno. De repente, una masa ingente de germanos lanzó un ataque en varias oleadas, que duró tres días, en el que la inmensa mayoría de las legiones romanas fueron aniquiladas en su práctica totalidad. Fue tal la derrota, que Roma tardó muchos decenios en volver a intentar tomar aquella parte de la Germania. Augusto cejó su empeño de llegar hasta el río Elba, quedando el limes definitivamente en el Rin.

Repercusión histórica de la batalla:

Además de las ya citadas consecuencias primarias que tuvo la pérdida en el bosque de Teutoburgo, la repercusión histórica de la batalla, sobre todo por el lado germano, queda patente en el uso de Arminio como gen de la patria alemana en los movimientos nacionalistas del siglo XIX que surgen tras las guerras napoleónicas. De hecho, ya en época de la guerra franco-prusiana, se emplea a Hermann como al unificador, como a Alemania. Este uso de una figura histórica con tintes legendarios a la hora de la exaltación nacional, no fue el único. Por toda Europa nos encontramos ejemplos como el de Vercingetorix en Francia o Viriato, un siglo más tarde, en España.
Además del uso de la figura pública, en las artes hallamos constantes referencias a Arminio, como en la obra homónima de Händel en 1737, los numerosos grabados sobre la batalla en sí o sobre el personaje que se realizaron entre los siglos XVIII-XIX o el famoso cuadro Thusnelda llevada en el triunfo de Germánico (ca. 1870), obra de K. Theodor Von Piloty.
Ya en nuestros días, el campo de batalla de Kalkriese, hallado definitivamente en los años setenta del siglo XX, pero del que se tenían noticias vagas desde el siglo XVIII, ha sido usado para la construcción del museo de la batalla y un intento de llamar la atención para fortalecer la unión de los países europeos y que hechos como el ocurrido allí hace 2004 años, no vuelvan a repetirse.

Cuadro de Von Piloty sobre la llegada de Thusnelda en la celebración del triunfo de Germánico (ca. 1870)


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