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miércoles, 21 de diciembre de 2011

Entre transfiguraciones anda el juego...

Imagen del templo-ermita de La Encarnación, Caravaca (Fuente: regmurcia.com)

Hace unos días hablábamos de nuestros amigos los iberos en una entrada dedicada, en parte, a los yacimientos importantísimos de Los Nietos (Cartagena). Comentábamos, que al igual que otras muchas zonas de la Región de Murcia (Jumilla, Mula, Caravaca, etc) tenemos los ejemplos típicos del poblamiento ibérico: necrópolis, poblado y santuario.
Hoy intentaremos disertar un poco sobre la función del santuario de Los Nietos para con el monasterio de San Ginés de la Jara. Ejemplo que podría seguir la estela de otros como el de La Luz en Murcia, o el de La Esperanza en Calasparra. 
Como vemos, son muchos los signos que nos dan a pensar en la utilización de la llamada transfiguración religiosa en el ámbito de San Ginés de la Jara. Estos signos, que de momento no hemos podido refutar, debido en parte a que son sólo hipótesis de trabajo, nos muestran un entorno ligado a la espiritualidad del ser humano desde tiempos que solo recuerda el sol. Una espiritualidad compartida por los iberos (quién sabe si también por los paleolíticos de la Cueva Victoria, perfectamente estudiada por Gibert), tal vez romanos; y seguramente visigodos, musulmanes y cristianos. Esa religiosidad del ámbito de San Ginés, no sé si se repetirá en alguna zona (supongo que en Oriente Próximo sí). Pero en la región que nos atañe, creo, es un ejemplo único.
Como decíamos anteriormente, ya en época ibérica conocemos los yacimientos relacionados con el culto religioso, llamados Los Nietos Viejos (I y II). Se trata de dos cerros poco escarpados, cercanos a otro más alto, en el que se sitúa una cantera de caliza gris. Dichos cerros distan de San Ginés unos dos kilómetros, llanos y con relación visual total. Además, en las excavaciones que se realizaron en el monasterio, tanto en 1988 como en 2007 (no así, creo, en 1998), se hallaron restos, por lo menos cerámicos, del siglo II a.C. Esto nos podría mostrar un hábitat romano, o ibero-romano, que al abandonar la zona cercana a la playa (hemos de recordar que el poblado se abandona en torno a inicios del siglo II a.C.), se podría habar establecido en lo que hoy en día ocupa el monasterio.
El tema de la trasfiguración religiosa, por otra parte, no es algo nuevo. Los ejemplos más claros los tenemos en la religión mitráica, de la cual el cristianismo ha cogido hasta alguna fecha de la cercana navidad. Además, tanto en la religión griega como romana, encontramos ejemplos que se basan en otras a su vez de origen mesopotámico. Es más, partes del Antiguo Testamento, sobre todo del Génesis y las referentes al Diluvio Universal, las encontramos en otras religiones de la zona de Mesopotamia. Incluso en algunas zonas de la India. El hecho de la utilización del tema del Diluvio es muy recurrente. Se tiende a hacer un posible cambio brusco de ciclo, apoyado en factores de grandes catástrofes relativas a algunos de los "elementos": agua y fuego.
En otro orden de términos, nos encontramos con que en la misma Región de Murcia, podemos palpar todavía los signos de esas transfiguraciones que no nos serían extrañas en la zona que tratamos. Simplemente por enumerar: Jumilla (Coimbra del Barranco Ancho); Totana; Calasparra; Caravaca (La Encarnación); Murcia (La Fuensanta y La Luz).
El caso de Murcia es, tal vez, el más significativo y evidente. La Fuen-Santa hace clara referencia a un elemento, el agua, totalmente acorde con la religión ibera, de culto natural. 
Y tal vez, un ejemplo también evidente, es el de La Encarnación. Tenemos una primera fase ibérica de culto, seguida de un templo romano que a su vez sirve de base arquitectónica para la actual iglesia. Este tipo de ejemplos, tan cercanos a nosotros, hacen pensar que el culto en la zona de San Ginés (no al santo, pero sí al lugar) se da en una época temprana. Y que el uso del Santo (patrón de algunos aspectos de la agricultura), nos puede dar una pista en torno al origen del culto.
El hecho de haber sido usado por los musulmanes como centro de peregrinación, cogiendo presumiblemente una tradición que viene de época tardorromana (la cristiana), hace indicar que el sentimiento que el pueblo tiene para con Ginés (o con la zona) es tal, que ellos pueden hacer como los cristianos anteriormente, y adoptar ciertos matices y aportar lo que tradiciones anteriores al Islam tienen en la Península Arábiga. 
Esto es solo una pequeña hipótesis de trabajo, que intentará ser pulida con el paso de los siglos.

Feliz Nacimiento de Mitra a todos

sábado, 10 de diciembre de 2011

Desde Chinchilla con nostalgia futura...

El olor a lumbre encendida me indica que he llegado a la tierra del llano; donde la niebla vespertina hace temblar los termómetros y personas de expresión seria y amable se encaminan a vivir un nuevo día.
El calor del brasero bajo la mesa, hace que mis fríos pies encuentren la templanza que necesitan, en un hogar con más de mil historias por contar. Con una fachada de realce blanquecino calado, que recuerda a tiempos inmemoriales, cuando nuestros antepasados musulmanes recorrían estos caminos construidos por romanos. Cuando la mesta y la agricultura eran casi el único modo de vida conocido, en una ancha Castilla. Y cuando la antigua Cinxaella daba la bienvenida a cualquier viajante que, como yo, hacía varias noches degustando los ricos manjares de una tierra infinita.
Paseando por estas cuestas, se puede oler el perfume del pasado. Un pasado que se muestra presente cuando ante nosotros, erguido como un antiguo gigante, se muestra el antiguo castillo del Señor de Villena; testigo de tantos desmanes, desde las guerras civiles Castellanas del siglo XV hasta los últimos coletazos de la cruenta Guerra Civil que asoló nuestro país, hace unas cuantas décadas. O cuando, escondidos tras unas viejas puertas grandes de madera, pintadas de un color entre grisáceo y azulado, aparecen ante nosotros los baños árabes de Chinchilla, tapados pero conservados hasta el extremo. Bajando hasta la Plaza de la Mancha nos encontramos, además del epicentro de la ciudad, con un conjunto armonioso de la arquitectura de diferentes épocas. A un lado los pórticos, presumiblemente con un origen en el siglo XVIII, que hoy en día acogen varios locales. Al otro, la Iglesia, maltratada por los franceses durante la Guerra de Independencia. Y frente a nosotros el Ayuntamiento, con una efigie en piedra del rey Carlos III. Pero si nos adentramos por el callejón de la derecha, veremos la fachada original del siglo XVI, realizada en época de Felipe II, junto con otros edificios públicos construidos cuando los austrias menores gobernaban un imperio con pies de barro "sobre el que no se ponía el sol". En fin, toda una mezcla de arquitecturas, de historias con mayúsculas, como les gusta a unos muchos. Pero también con microhistorias que se entrelazan para formar un todo conjuntado. Esas microhistorias surgen en los callejones, que da gusto recorrer, sobre todo entre Septiembre y Noviembre, cuando el amigo frío no ha hecho del todo su aparición. Si se tiene aspecto de "guiri" como en parte un servidor que escribe, se corre el peligro de que le hablen a uno de manera alta y pausada. Son las...cosas de la vida, son las cosas del querer, como diría la canción.
Escribo estas líneas, como digo, bajo la protección del brasero, un instrumento que en mi no tan lejana tierra, apenas sí tiene sentido, debido a nuestra dependencia climática del mar. Un mar que te da brisa en verano y humedad en invierno. Y del que todos nos acordamos tarde o temprano, debido al recuerdo a modo de reuma que nos deja en la espalda.





domingo, 4 de diciembre de 2011

Nuestros amigos los iberos...

Buscando información para diferentes proyectos, me topo con una cuestión que surge de repente en el interior de mi cabeza: ¿tendrá algo que ver el monasterio de San Ginés con nuestros antepasados los iberos?


Sabemos por los datos arqueológicos que existe un gran complejo muy cercano a la zona que estamos estudiando: el conjunto ibérico de Los Nietos. Este está compuesto por las tres clásicas "figuras" culturales ibéricas: poblado, necrópolis y santuario. Tanto el poblado (casi todo cubierto por casas actualmente) como la necrópolis, han sido sobradamente estudiados por especialistas como Carlos García Cano, que realizó junto con otros arqueólogos, entre finales de los ochenta e inicios de los noventa, las excavaciones en dichas zonas (GARCÍA CANO, 1990, 1997). Otro estudio más pormenorizado de la necrópolis, en concreto de los ajuares que siempre, tratándose de iberos, nos dan gratas sorpresas, tenemos la amplia publicación de M. L. Cruz Pérez, en 1990. En dicha publicación se nos explica que hay varios tipos de enterramiento, entre los que destaca, también una inhumación. Caso raro tratándose de ésta cultura, pues se distingue, al igual que otras muchas, por el empleo de la cremación, que no la incineración. 
Tanto la necrópolis como el poblado de la Loma del Escorial, tienen un uso, desde el siglo V al II a.C. Precisamente es, al producirse la introducción del elemento cultural romano, cuando se abandona la zona. ¿Dónde se trasladaron? Es una pregunta que sigue abierta.


Sobre los iberos se ha escrito mucho en los últimos decenios. Desde las publicaciones de los años cuarenta y cincuenta, cuando la historiografía franquista los tenía por una cultura llegada de África, subsidiaria, y que no tenía nada que ver con los celtas del Norte, para ellos más evolucionados. Sin duda se trata de una bibliografía influida por los acontecimientos políticos de la época. Afortunadamente se ha avanzado mucho en este sentido, y actualmente, la amplitud de miras del investigador a la hora de enfrentarse al tema de la cultura ibérica, hace que tengamos mucha más información. Los estudios de J. Blánquez, S. Celestino, M. Ruiz Gálvez y otros muchos, han favorecido que la cultura ibérica pueda relacionarse económica y comercialmente con las culturas de más allá de la Meseta. La cultura de Campos de Urnas, Cogotas, y otras sociedades de la Edad del Bronce, tanto de la zona Este como la costera atlántica, se relacionaron de manera más que natural, con esa cultura surgida, tal vez, del bronce Argárico, junto con influencias fenicio-púnicas.  
Ejemplos de esa influencia, que siguen dando información hoy en día, son, por ejemplo, Cancho Roano, El Carambolo, Coimbra del Barranco Ancho, Archena, etc. Todo un sin fin de yacimientos, que nos ayudan, y mucho, a conocer a los grandes desconocidos de Occidente.

En concreto, hoy nos queríamos centrar en el hecho de la reutilización del espacio religioso por más de una cultura, que se puede constatar hasta nuestros días. Vamos a centrarnos en los ejemplos que tenemos en la Región de Murcia, por estar más cercanos al objeto de estudio. 
Podríamos coger los tres ejemplos más relevantes, para intentar explicar una transfiguración religiosa en la zona de San Ginés:

1. Santuario de la Virgen de la Esperanza (Calasparra). Situado sobre un santuario ibérico. Hoy en día se sigue rindiendo culto, e incluso se llevan exvotos, como en época ibérica.

2. Santuario de la Luz y Santuario de la Fuensanta (Murcia). Las excavaciones dieron a conocer, ya desde comienzos del siglo XX, el importante conjunto del Verdolay o Cabecico del Tesoro. En la actualidad Hay todo un complejo en esa fachada montañosa cercana a la ciudad de Murcia. La Basílica de Algezares, el Martyrium de la Alberca, el actual Monasterio de La Luz y la Iglesia de la Fuensanta, nos dan información sobre la importancia de la religiosidad en diferentes épocas.

3. Ermita de La Encarnación (Caravaca de la Cruz). En la carretera que une la zona caravaqueña con Andalucía, se sitúa esta ermita, erigida, en parte, sobre un templo romano, que a su vez se apoya sobre un santuario ibero. Además, la ermita se enmarca dentro del gran paraje arqueológico formado por yacimientos desde el Paleolítico Inferior (Cueva Negra); Edad del Bronce, Cultura Ibera (Los Villares y Los Villaricos), Época romana, etc.

Así pues, viendo estos claros ejemplos de transfiguración religiosa, solo nos queda preguntarnos si realmente esa fue la evolución de nuestro monasterio.
Obviamente, es sólo una conjetura e hipótesis de trabajo, que necesita mucha maduración.



Crátera griega procedente de Los Nietos, que se conserva en el MAMC
(fuente: Museo Arqueológico Municipal Enrique Escudero, Cartagena)